Canción inicial

Canción Inicial
Argentina, territorio entregado al porvenir desde tus quebradas norteñas hasta el Cabo de Hornos; promisorio escenario donde forjar una nueva vida; útero abierto al nacimiento de las mil diversidades étnicas; madre nutricia; miel; calostro...
¡Cuántas alabanzas mereces en tu bondad y en tu gesta moral,
Patria mía!...
Por tus caminos otrora polvorientos, insinuados al hollar de carretas y pezuñas; ralo pastizal; poblado monte; de norte a sur; de sur a norte, venían nuevos hijos a gozar de tu hermosura femenina; a rodearte con sus brazos y poblar tus anchos hombros y tu cabeza; tu cintura en cinta; tus pies de bailarina reconcentrada; altiva y reconcentrada.
Todo en vos fue regazo:
Buenos Aires, que aunque niña pobre, ya coqueta.
Patagonia, viento-médano, soledad transmutada en idiomas y vocinglería.
Norte indómito; callado; páramo al pie del Ande. Y el mar verde en la llanura, a la entrada de los cerros:
Tucumán de la mecidas selvas, gleba feraz; idílico amor del viajero que detuvo su paso ante el prodigio.
Hoy regreso sobre aquellos rastros que esculpieron tantos hombres, ¡tantos!. Voy a encontrarme con los antiguos rostros; rostros de arrugas oscuras, nobles; rostros donde los ojos, aun abiertos al asombro, nos miran, aunque un puñado de tu savia haya caído sobre ellos.
Néstor Soria

Foto de Néstor Soria

Foto de Néstor Soria
Redacción: Poeta y escritor Néstor Soria

Imagen de Ana Lía Madrigal

Imagen de Ana Lía Madrigal
Investigación, entrevistas e ilustración: Ana Lía Madrigal

viernes, 28 de febrero de 2020

La Mariposa, una empresa juliana







La Mariposa - Villa 9 de Julio
La Mariposa, una empresa juliana 

Hasta no hace muchos años fue única en todo el norte. Su historia se remonta a comienzos del siglo XX, cuando los lavarropas y los productos refinados no habían hecho su aparición en los mercados populares del país. 
 El jabón La mariposa, ese pan blanco que llamábamos ‘jabón de vaca’, aseó las prendas más finas del ajuar hogareño y fue indispensable para remover las manchas de la ajetreada ropa de los ‘laburantes’. No hubo grasas, ni óxidos, ni ningún otro tipo de suciedad que pudiera resistirse a su aplicación. Hoy, a casi un centenio de fundada, la fábrica sigue siendo líder en su diversificada actividad jabonera y elaboradora de velas.

Aportando algo a los orígenes del término ‘jabón’, decimos que:  El latín medio lo pronunció, sapo, saponis; los germanos, saipon.  


Francisco Rodriguez
He aquí una reseña de la fundación de la fábrica en Tucumán.    



La empresa fue fundada por una pareja de inmigrantes en el año 1914 por Francisco Rodríguez y Ana Encina, venidos a Tucumán desde Andalucía, España, en el año 1902.


 

 Al llegar alquilaron a otros españoles,  la manzana contenidas entre las calles Rivadavia, Monteagudo, Ecuador y vía del ferrocarril, sitio que hoy ocupa la planta fabril.

Relacionados con los mataderos, el matrimonio comenzó a incursionar en el negocio del sebo vacuno en rama.

La crónica dice que don Francisco comentaba que el primer día en que derritió sebo para venderlo como grasa comestible, Argentina celebraba el día de la Bandera; razón por la cual tomó al 20 de junio de 1914 como fecha de inicio de las actividades. Y ese mismo año llegó al mundo su sexto y penúltimo hijo, Rafael, quien al crecer se convirtió en un cabal pionero de la industria jabonera argentina, al incorporar tecnología moderna en esta parte del país.

Para 1928, dos de los cinco hermanos que formaban la sociedad familiar  incursionaron en la fabricación artesanal  de jabones.

En aquellos tiempos el proceso consistía mezclar el sebo derretido con lejías y de ese modo obtener un jabón elemental; producto que luego pasaban a secar en las llamadas canchas de secado - sencillamente en el piso - donde lo  dejaban por varios días para que perdiera la humedad; acto seguido se cortaba con cuchillas, panes de 500 gramos.

En 1936 adquirieron la primera enfriadora; una especie de molde grande refrigerado con agua, lo que hacía que el secado sea mas rápido. Además se introdujeron el uso de una estampadora a pedal y cortadora de placas de jabón con correderas de alambre. También en la década de 1930 incorporaron la primera máquina de velas, de 20 moldes; Ahí comenzaron con la fabricación de velas de sebo puro.
 
 La década de 1950 fue de la más próspera de la compañía. Las refrigeradoras y cortadoras de jabones de lavar se cambiaron por otras del mismo principio tecnológico, pero de mayor producción y la estampadora a pedal se cambió por otra hidráulica. Se adquirieron dos máquinas más de velas, de 50 moldes cada uno; se instaló un aserradero para producir los cajones de madera, donde se empacaban y se comercializaban los jabones y las velas. A finales de la década de 1950 se incorporó el primer evaporador para obtener glicerina industrial de las sublejías; se cambió la caldera por una semiautomática; se adquirió una prensa en frío y una prensa en caliente, para prensar ácidos grasos y obtener estearina para la fabricación de velas de mejor calidad que la de sebo puro; y oleína para la fabricación de jabones de lavar. Además se instaló una planta de desdoblamiento de sebos para la obtención de ácidos grasos necesarios para el proceso.



En la década de 1960 comenzaron los cambios tecnológicos que modernizaron la fábrica. A la vez se incorporaron al equipo de trabajo de la compañía los nietos de su fundador, es decir la tercera generación familiar. En 1962 pasó de denominarse Rodríguez hermanos y Fernández SRL, a llamarse establecimiento La Mariposa S. A.,  nombre impuesto debido a la gran aceptación que tuvo en el mercado consumidor, uno de sus jabones, el jabón La mariposa. Es dable el decir que la fábrica tuvo, otros que se llamaron: Paraíso, Zorzal, Primordial, Aconquija, Argentino.

En el año 1969 la compañía logra dar un importante paso. Se adquiere de la firma Mechaniche moderne, de Milán, Italia, el equipamiento más moderno del momento para la fabricación automática y continua de jabones en barra. Este fue un hito en la historia de La Mariposa, pues, no sólo pasó a modernizar su tecnología, sino que fue el motivo de la desaparición de unas veinte jabonerías en Tucumán  y el norte del país; ya que con su producción artesanal perdieron competitividad y salieron del mercado.




En 1974 se incorporó una envasadora de grasas comestible en paquetes; en 1976 se adquirieron 4 camiones para 30 toneladas de carga cada uno; vehículos que  posibilitó el reparto de los productos en todo el norte del país. En 1977 se compraron e instalaron dos nuevos digestores semiautomáticos; y en el año 1979 se adquirió la primera sachetera para el envasado automático de grasas comestibles.

En la década de 1980 se amplió el campo comercial, extendiéndoselo hacia el centro  y este del país - el Norte argentino ya se había logrado anteriormente -.  


 


En 2001 se incorporó equipamientos de alta tecnología  para la elaboración de nuevos productos, como el jabón de tocador.

Esta empresa logró resistir todos los embates, sociales, políticos  y económicos del siglo XX. Supo adaptarse a los cambios tecnológicos que transformaron la original producción artesanal en industrializada, manteniendo la calidad y el diseño de sus productos más tradicionales, como el jabón de lavar La Mariposa.


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